Hilos del recuerdo: La Coral de Turtle Creek
Una organización que se vio notablemente afectada por la crisis del sida, es la Coral de Turtle Creek, un coro de hombres de Dallas. El grupo se formó en 1980 con 30 miembros y Harry E. Scher en el papel de director artístico y director de orquesta. El grupo cantaba en la iglesia católica Trinidad Santa, adoptando el nombre de la Coral de Turtle Creek como alusión al pequeño afluente que pasa por Oak Lawn. En la actualidad, la Coral cuenta con más de 200 miembros que pagan sus cuotas, en su mayoría hombres homosexuales, y es el coro masculino más grabado del mundo, con treinta y ocho grabaciones y dos documentales de larga duración. La Coral es una parte importante de la comunidad artística de Dallas y trabaja para apoyar las artes y la comunidad LGBT actuando en eventos benéficos junto a su programación habitual.
En 1985 se produjo el primer contagio de VIH/SIDA en las filas de la Coral de Turtle Creek. Rápidamente, los miembros empezaron a enfermar y a morir, con poco alivio a la vista. La Coral actuó como un espacio para que sus miembros sufrieran y sanaran como una familia. Parte de este viaje está documentado en la película “Después del adiós: Una historia de SIDA”, que sigue a la Coral durante ensayos y representaciones de “Cuando ya no nos tocamos: Un ciclo de canciones para la supervivencia”, una interpretación coral de las etapas del duelo compuesto por el miembro de la Coral Kristopher Anthony, mientras moría de SIDA.
En 1987, la Coral de Turtle Creek comenzó a colocar una flor de pascua en el piano en sus actuaciones navideñas, para honrar la memoria de los que habían muerto por causas relacionadas con el VIH/SIDA. Cuando el número de miembros que habían muerto llegó a 20, la tradición evolucionó hasta tener una poinsettia colocada en la parte delantera del escenario para cada persona. En 2013, 197 miembros de la Coral habían fallecido por causas relacionadas con el VIH/SIDA.